Hace ya unos meses que nuestro blog y nuestro grupo de facebook comenzaron su andadura -el 29 de agosto de 2014- y ya hemos alcanzado el millar de visitas en el blog y somos 450 miembros en el grupo de facebook. Queremos aprovechar estas circunstancias para hacer algunas reflexiones sobre ello.
A
partir del interés de un grupo de caneneros por nuestra historia,
nuestras costumbres..., pensamos cómo poner en marcha un foro en el
que poder compartir nuestros conocimientos, poner en común ideas,
proyectos e iniciativas, en las que se fueran aportando datos e
historias. Partimos de la idea de diseñar unas herramientas que
permitieran compartir la información y fomentar la participación. Y
para ello creamos el blog y el grupo de facebook, a los que llamamos
Historias
de Canena,
con
la idea, como se dice en el primer artículo del blog, de que entre
todos los caneneros que se animen a participar podamos poner en común
las numerosas historias
que
hemos vivido en primera persona o de las que hemos oído hablar o
sobre las que tenemos alguna documentación que queremos compartir.
Y aunque con esto de internet hay que tener paciencia y el paso del
tiempo es el que irá confirmando, en su caso, el acierto del
proyecto, este tendrá éxito si los caneneros lo llenamos de
contenido, lo hacemos nuestro, no solo con su lectura, sino
participando activamente en él, bien publicando algún artículo o
haciendo algún comentario a lo publicado, aportando algún dato o
alguna noticia relacionada con el tema de que se trate, planteando
alguna cuestión o pregunta, o rectificando o enmendando algún error
cometido, que sin duda los habrá.
Y
los caneneros tenemos miles de historias que contar. Y no hay
historia pequeña. Desde cómo fue nuestra niñez, nuestra escuela,
nuestros juegos; nuestra adolescencia, con nuestras diversiones,
los guateques, el cine
matiné,
juntarnos para comernos el hornazo los días de Semana Santa, cómo
teníamos que echarle una mano a nuestros padres en el campo desde
niños en las distintas tareas del campo, yendo a la
aceituna, a
arrancar garbanzos, a coger algodón, a la era a trillar.... O cómo
íbamos en verano a bañarnos a las albercas o nos juntábamos en el
Centro
o, días antes de las fiestas de la Virgen de Agosto, comenzábamos a
idear y a hacer las carrozas...; cómo, tras acabar los estudios
primarios en la escuela, íbamos a Úbeda a estudiar el Bachiller,
Maestría o FP, al Instituto, a la SAFA, a Maestría. Y ¿cuántas
historias nos podrían contar los emigrantes? Algunos de ellos
retornaron, pero otros solo vuelven en vacaciones; tanto a ellos como
a sus hijos queremos animar desde aquí para que nos cuenten sus
vivencias, tantas emociones vividas en una época en que todavía
nuestro mundo era nuestro pequeño mundo, en que comenzábamos a
verlo a través de la televisión y en que, en la mayoría de los
casos, salir de Canena en busca de trabajo constituyó probablemente
un sacrificio, sobre todo emocional, cuyo coste social es difícil de
evaluar. Y también animamos a los
santaneros a
que nos cuenten su día a día, cuántos caneneros trabajaron en
Santana, las anécdotas, la repercusión para el desarrollo de
Canena... Y todavía podemos recuperar muchos aspectos de la vida de
nuestros mayores, cuyas condiciones de vida fueron tan diferentes de
las actuales; y aunque difícilmente ellos puedan aportar
directamente algo, animamos también a sus hijos y nietos a que les
pregunten y nos transmitan esas vivencias y nos cuenten cómo eran
las tareas domésticas (desde la matanza a lavar la ropa en casa o en
los lavaderos públicos, los medios y recursos para el aseo
personal, el suministro de agua potable hasta la instalación del
agua corriente en las casas...) y los duros trabajos del campo. En
fin, estas no son nada más que algunas pinceladas y sugerencias de
temas que se pueden abordar, y que no pretenden ser más que una
llamada a la participación.
Esperemos
que este espacio común sea compartido cada vez por un número mayor
de personas, caneneras o no, y sirva para querer más a nuestro
pueblo, para apreciar su patrimonio, tanto material como inmaterial,
y para hacer de él un espacio de convivencia y de respeto mutuo
entre todos nosotros.
Enhorabuena por este buen trabajo. Lo habeis clavado, y una manera de mantener viva la cultura y la historia de nuestros pueblos.
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