El pasado once de noviembre se
han cumplido los cien años de la finalización de la Primera Guerra Mundial, que
se ha celebrado con diversos actos, el principal en nuestro país vecino,
Francia, donde se han dado cita varios Jefes de Estado y Presidentes de
gobierno de países que participaron en esa contienda.
Aunque España fue un país neutral
y no participó, la guerra tuvo importantes consecuencias para España. En los manuales de historia se suele destacar
el despegue económico de España en estos años y
el crecimiento de algunos sectores, como la minería, la siderurgia, la
industria textil. En las zonas rurales, sin embargo, la carestía de los
productos no mejoró la situación precaria que se vívía, y la epidemia de gripe
del otoño de 1918 la agravó, mermando a la población.
En este contexto, en Canena ya
desde el invierno de 1918 se alerta de que puede haber problemas de
subsistencia, y así en la sesión de la
Corporación Municipal de 26 de febrero, por el Alcalde se hizo presente que
varios vecinos de esta villa se habían quejado de que los propietarios no
cesaban de exportar trigo para fuera de la población, temiendo que dada la mala
cosecha que a la vista se presenta pudieran agotarse las existencias que hay en
el pueblo; los señores presentes acuerdan que por la Alcaldía se den las
órdenes oportunas a fin de que no se exporte por ahora más trigo para fuera que
el que corresponda a los panaderos forasteros por el pan cocido que
introduzcan.
Los problemas de abastecimiento
se trataban específicamente en la Junta local de subsistencias, donde en los
meses siguientes se toman diversos acuerdos para evitar el desabastecimiento
(con más detalle ya nos referimos a ellos al principio del capítulo de
“Subsistencias. Abastecimiento” aquí
, a pesar de lo cual el 24 de junio por el Sr. Presidente se dio cuenta que dichas
existencias de trigo se habían terminado en la cantidad que había señalado para
el consumo local a precio de tasa.
Tras la recolección de cereales,
en la sesión de la Corporación Municipal de 1 de septiembre se dio cuenta
igualmente de otra instancia presentada por el Presidente y Secretario de la
Sociedad obrera ”Nueva Aurora” en la que piden que por el Ayuntamiento y
propietarios se facilite trabajo a los obreros que se encuentran sin él, debido
a la crisis por que se atraviesa. Los señores presentes después de discutir
sobre el asunto acuerdan constar que cuando llegue el momento, el Ayuntamiento
reunirá a los mayores contribuyentes y propondrá a estos los medios para
solucionar el …; pues en la actualidad si bien no es alagüeña la situación del
trabajador, no se considera tampoco desesperada.
En la
siguiente sesión, de 10 de septiembre, se dio cuenta de una relación de obreros sin trabajo
presentada por el presidente de la sociedad obrera Nueva Aurora y se acuerda
convocar a una reunión… Y
en la del 10 de noviembre, la corporación acordó a propuesta del Sr.
Presidente que se proceda a formar relaciones de los tenedores de trigo y se
les requiera enérgicamente para que faciliten el que se necesite para el
consumo local a precio de tasa.
Ya por entonces había llegado a
Canena la epidemia de gripe. La sesión del 17 de noviembre está presidida por
el primer Teniente de Alcalde, Manuel Godoy García, por enfermedad del Alcalde
Presidente (Cipriano Godoy Godoy), enfermedad que no era otra que la gripe y de
la que no se recupera hasta tres meses después, volviendo a presidir las
sesiones de la Corporación el 23 de febrero de 1919.
El Ayuntamiento estaba formada
por nueve concejales, que en 1918, como se refleja en el acta de la sesión
inaugural, son los siguientes: Cipriano Godoy Godoy, Alcalde-Presidente; Manuel
Godoy García, primer Teniente de Alcalde; Rufino Godoy Godoy, segundo Teniente
de Alcalde; Manuel Niceto Reyes Godoy, Regidor Síndico; Francisco Reyes Muñoz,
Regidor Interventor; Manuel García Reyes, Concejal Depositario de fondos; y
Juan Ramón López García, Miguel Arza Godoy e Ildefonso Reyes Serrano, Regidores
1º, 2º y 3º, respectivamente[1].
Acta de la sesión
inaugural de la Corporación Municipal, del 1 de
enero de 1918.
A la sesión de l7 de noviembre
asisten solo cinco de los nueve munícipes: Manuel Godoy García, Rufino Godoy
Godoy, Manuel Niceto Reyes Godoy, Manuel García Reyes y Miguel Arza Godoy. Es
la primera sesión que se celebra una vez acabada la Primera Guerra Mundial y en
ella se quiere dejar constancia de la inmensa satisfacción que suponía
este hecho, ya que durante la misma se había sufrido carestía de la vida y
escasez de recursos. Ésta es exactamente la transcripción de lo se recoge
en el acta de esa sesión en relación con la finalización de la Guerra:
Seguidamente se dio cuenta a los
reunidos por el Señor Presidente de la grata nueva ya conocida de todos por las
noticias de prensa, de que el día once del mes actual había sido firmado el
armisticio por los representantes de los Ejércitos beligerantes de las naciones
en guerra, habiendo con este fausto nuevo terminado las hostilidades y
considerándose ya definitivamente terminada la sangrienta guerra que durante
cuatro años ha causado tantos estragos en Europa y llevado a las naciones
neutrales como la nuestra la inquietud y las angustias consiguientes a la gran
carestía de la vida y escasez de recursos, como consecuencia lógica del gran
desastre mundial que ha reinado durante dichos cuatro años. Todos los señores
concejales presentes manifestaron la inmensa satisfacción que sentían por la
terminación de la guerra y acordaron por unanimidad hacerlo así constar en el
acta de la sesión y dar esta por terminada, como demostración de todo lo expresado.
Acta de la sesión de 17 de noviembre
[1] En el
margen izquierdo del acta de la sesión, se relacionan los asistentes. El
primero, Juan Antonio Godoy García, lo hace en calidad de Alcalde saliente.
Falta en la relación el Regidor 1º, Juan Ramón López García.
Texto realizado por José Luis Reyes Lorite
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