domingo, 3 de diciembre de 2017

Canena hace un Siglo. Una boda distinguida (III)

Como en la segunda parte, he seguido conociendo más información, que me lleva a rectificar o matizar algo de lo dicho anteriormente. En las aclaraciones con las que iniciaba la segunda parte, decía que la primera mujer de Silverio de la Presilla (el primer marido de la madre de la novia) fue María Manuela Godoy Arza, que debía ser abuela o tía de Tomás Godoy Arza; suponía que la edad de María Manuela no diferiría mucho de la de su marido, Silverio, que nació en 1828, y por ello descarté que fuera hermana de Tomás Godoy Arza, padre de la novia, aunque tuviera los mismos apellidos. He podido consultar ahora el libro de defunciones del Registro Civil, donde aparece la muerte de María Manuela, y para mi sorpresa, ha resultado ser hermana de Tomás, y cuando muere, en junio de 1875, tiene solo diecisiete años (entonces, Silverio, su marido, tenía 48 años), habiendo ya sido madre, en febrero de ese mismo año.

Seguimos relatando a continuación otros aspectos de la vida de nuestro pueblo en el primer tercio del siglo XX.


SUBSISTENCIAS. ABASTECIMIENTO.



En cuanto al abastecimiento, está constituida una Junta local de subsistencias, encargada fundamentalmente de que no falte el trigo para el consumo del vecindario; para ello se hacen inventarios de las existencias de trigo. Por ejemplo, en el año 1918, hubo problemas para garantizar el suministro, posiblemente por la carestía de los precios, lo que hacía que los agricultores quisieran vender a precio libre más trigo del permitido, ya que una parte de la producción la debían reservar a los panaderos de la población para el pan destinado al vecindario, a precio tasado. El 18 de marzo de ese año, para asegurar el suministro hasta la siguiente cosecha, se acuerda que la cantidad de dos mil fanegas que se debían reservar se repartan proporcionalmente entre los tenedores de trigo, notificándoles las cantidades que obligatoriamente tienen que facilitar para el consumo referido y que se hagan públicos estos acuerdos para conocimiento del vecindario y que por los agentes de la autoridad se ejerza la debida vigilancia a fin de evitar se falte a los acuerdos anteriores.

El 9 de junio se pone de manifiesto que algunos tenedores de trigo se resisten a vender el que les pertenece, ocasionando esto algunas protestas de los panaderos y particulares, acordándose por unanimidad que se cumpla con todo rigor los acuerdos anteriores sobre venta de trigo para la localidad al precio de tasa; que se prohíba terminantemente que los panaderos que elavoren el pan con el trigo que se les facilita a precio de tasa, lo vendan en la localidad y no fuera del término municipal y al precio tasado por esta Junta. A pesar de ello, el 24 de junio por el Sr. Presidente se dio cuenta que dichas existencias de trigo se habían terminado en la cantidad que había señalado para el consumo local a precio de tasa y que en vista de este inesperado incidente procedía tomar acuerdo con arreglo a las circunstancias para conseguir que no falte trigo para el consumo de la localidad. Los señores presentes después de discutir detenidamente sobre el asunto, acuerdan que como medida preventiva se prohíba en absoluto las salidas de trigo para fuera del término y que en vista de las circunstancias y hasta conocer las existencias de la presente recolección no se fije tasa especial para el trigo, quedando a la libre elección de los panaderos, dentro de los límites señalados por la Comisión General de subsistencias, o sea de 40 pesetas a 44 los 100 kilogramos.

Periódicamente se suceden crisis de subsistencias, que sufren especialmente los jornaleros. La escasez de trabajo es un problema estructural, que se agrava periódicamente en épocas de temporales de lluvias o de malas cosechas. Un ejemplo de ello es la situación que se vivió en marzo de 1916, constituyéndose una Junta de socorros, para aliviar la situación de necesidad de los obreros pobres de este pueblo durante los días 17 al 29 de Marzo del año 1916[1].

Una comisión de jornaleros presenta una instancia el 15 de marzo de ese año, dirigida al Alcalde, en la que dicen que los proletarios de la villa necesitan medios para remediar las propias necesidades de la vida, deseamos que adopte los medios lo antes posible, convocándose para el día siguiente una sesión extraordinaria del Ayuntamiento, invitando a todos los vecinos contribuyentes del término para que asistan y propongan medios para resolver la situación de los obreros faltos de trabajo. Reunido el Ayuntamiento, con el objeto de tomar acuerdo sobre la forma de remediar en lo posible la situación apurada en que se encuentran varios obreros pobres de esta villa, por la falta de trabajo, debido al temporal de lluvias presente, se acordó lo siguiente:

1º. Ceder o donar el importe íntegro de la subasta de pastos y espigas con relación a la subasta última celebrada, abonando con relación a la próxima, la diferencia que pudiese resultar entre una y otra, toda vez que no se conoce el resultado de la próxima, ni tampoco el asentimiento de algunos contribuyentes que no han estado presentes y que el Ayuntamiento y contribuyentes reunidos suponen estarán conformes en ceder.

2º. Que el importe del donativo mencionado sea distribuido por una Junta que se compondrá del Alcalde Presidente, dos concejales, asistidos de seis mayores contribuyentes y tres obreros, para que conociendo la situación por que atraviesa la clase trabajadora puedan más acertadamente aplicar este beneficio en socorrro de los mayores necesitados, para lo cual deben inspirarse en un espíritu de verdadero altruismo, que es el que comprende a la dignidad del organismo designado y de cuyos resultados se prometen los señores reunidos y el vecindario todo las legítimas esperanzas del acto que se realiza.

Con lo que se dio por terminado el acto, previa la designación de la Junta antes mencionada, para la que fueron designados los señores concejales D. Cipriano Godoy Godoy, D. Manuel García Reyes, los contribuyentes D. Francisco Godoy Martínez, D. Ildefonso Reyes Reyes, D. Rufino Godoy Godoy, D. Antonio García Higueras, D. Manuel Niceto Reyes Godoy y D. Juan Barragán Herrera y los obreros Ildefonso Serrano Cobo, D. Juan Filgaira Martínez y Francisco Tudela García, firmando este acta todos los presentes (firman en torno a 20 personas).

El mismo día 16, a las tres de la tarde, se reunieron los señores que componen la Junta local nombrada para la distribución de los socorros a los obreros pobres sin trabajo, y previa ligera discusión y teniendo en cuenta la premura de tiempo y la urgencia de proceder con actividad a remediar la situación, acuerdan que el socorro se comience a facilitar desde el día de mañana y que se facilite en pan, asignándole a cada obrero el que a juicio de la Junta necesite, teniendo en cuenta el número de personas que constituyan cada familia. Que una vez halla terminado el temporal y se normalice el trabajo, cese el socorro, reuniéndose nuevamente la Junta para practicar la liquidación de las cantidades invertidas y tomando los acuerdos que las circunstancias aconsejen.

Terminado el objeto de la sesión, la Junta comisiona al Sr. Alcalde  y a los concejales D. Manuel García Reyes y D. Cipriano Godoy Godoy para que auxiliados del Secretario del Ayuntamiento se encarguen de los demás detalles necesarios para la realización inmediata de lo acordado y reparto de los socorros. Con lo que se levantó la sesión y firman el acta los señores presentes.

El día 27 de marzo, terminado el temporal y restablecido el trabajo para los obreros de este pueblo,  el alcalde dicta una providencia para que cese el socorro desde el día siguiente, ordenando la citación de la Junta para dar cuenta de lo gastado y tomar los acuerdos necesarios, Junta que se reúne el 12 de abril, en la que … se dio cuenta por el Sr. Presidente de la distribución de los socorros que se han repartido, cuyo detalle y cuenta se pusieron sobre la mesa y de los que resulta haberse socorrido desde el día 17 al 27 del actual, ambos inclusive, importando el socorro de pan la suma de ochocientas sesenta y tres pesetas cincuenta céntimos y en jornales para dar trabajo durante los días 28 y 29 a varios obreros en los caminos públicos, cuarenta y nueve pesetas veinticinco céntimos, ascendiendo todo a la suma de novecientas doce pesetas setenta y cinco céntimos. Los señores reunidos, en vista de los datos que quedan consignados y teniendo en cuenta el acuerdo tomado en la reunión de diez y seis de los corrientes, después de ligera discusión, acordaron que la expresada cantidad, deducidas cincuenta pesetas, que en concepto de donativos en metálico han entregado algunos vecinos, cuya relación está también sobre la mesa, se reparta en su día sobre el importe de los pastos y las espigas de este término en el verano próximo, haciendo entrega a los contribuyentes propietarios del resto de dicho importe, excepción del 10 por 100, que quedará a favor del municipio en concepto de donativo.

Que se entienda modificado el mencionado acuerdo de diez y seis del actual en este sentido, por considerarlo así más equitativo y justo.

No habiento otros asuntos, se acuerda levantar la presente acta, a la que se unirán los documentos justificantes de todo lo actuado y las liquidaciones que en su día se practiquen, para conocimiento de los contribuyentes y la firman los señores presentes, de que certifico.

En el expediente se detalla la cuenta justificada de las cantidades invertidas en socorrer a los obreros pobres durante los días 17 al 27 de marzo, repartiéndose 200 panes diarios los ochos primeros días y 180 panes los tres últimos, a 0,42  y 0,40 pesetas/pan, más varios jornales los días 28 y 29, así como la lista de los donativos para los socorros que se mencionan. Son ocho las personas donantes, entre ellos el párroco, Andrés Fernández Fernández, dos con 10 pesetas y seis con 5, para un total de 50 pesetas.


En diciembre de 1930 había una persistente crisis de trabajo del campo, por la escasez de cosecha de aceituna. Por ello el Ayuntamiento acordó invertir en trabajos de caminos y vías públicas la consignación que hay en el presupuesto para calamidades públicas, porque así debe considerarse la falta de trabajo debida a la escasez de cosecha de aceituna en el año presente. El 11 de enero de 1931, por el propio Sr. Presidente se manifestó a los señores de la Comisión que debido a la escasez de la cosecha de aceituna, continúa la crisis de trabajo en esta localidad, siendo constante la petición de trabajo por la clase jornalera; y para remediar en parte y hasta que los trabajos del camino vecinal de esta a Los Escuderos se generalicen y den ocupación a todos los obreros sin trabajo, proponía continuaran los del Camino de la Estación de este pueblo y dar ocupación a los que se puedan invertir en las obras de reparación de dicho camino.

Los señores presentes, oídas las manifestaciones del Sr. Presidente y reconociendo la necesidad de facilitar trabajo a la clase obrera en paro forzoso, en la medida que permitan las consignaciones del presupuesto, acuerdan por unanimidad que se continúen las expresadas obras de reparación de dicho camino, así como del puente llamado del Matadero.

La crisis de trabajo persistió en todo el invierno y en la sesión de la Comisión municipal permanente de 8 de marzo de 1931 se acuerda que una comisión del Ayuntamiento visite al Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia para exponerle la situación de la clase trabajadora de este pueblo y pedir que los trabajos del camino de esta villa a la Alhambra y Escuderos se intensifiquen, a fin de que puedan tener ocupación el mayor número de obreros de esta villa.

Por lo que reflejan las actas municipales, durante la II República la situación de los jornaleros no mejora, ya que hay constantes alusiones a las dificultades por las que atraviesan, que se debieron agravar con el Decreto de Términos Municipales, promulgado el 20 de abril de 1931.[2]

En noviembre de 1931 el temporal de lluvias hace que la crisis de trabajo se agudice y de nuevo el ayuntamiento socorre a las familias más necesitadas.

En el otoño de 1934 se volvió a repetir la situación. El temporal de lluvias impedía el trabajo agrícola y en la sesión del pleno del Ayuntamiento de 11 de noviembre por el Sr. Presidente se manifestó que una Comisión de obreros en paro forzoso, debido al actual temporal de lluvias, le había visitado pidiendo que por el Ayuntamiento se les auxilie en algún socorro para remediar la triste situación en que se encuentran, lo que sometió a la consideración de la Corporación, para que tome el acuerdo que estime oportuno.

Los señores Concejales presentes, después de breve discusión sobre este asunto, acordaron por unanimidad que considerando este caso como una calamidad pública se proceda a socorrer a aquellos obreros vecinos de esta que se encuentren verdaderamente necesitados, con raciones de pan, según el número de familiares que cada uno tenga, invirtiendo en los socorros la cantidad consignada en el presupuesto para calamidades públicas.

Una semana después, en la sesión del 18 de noviembre, el Sr. Presidente manifestó a los señores reunidos que como todos saben persiste el temporal de lluvias; a causa de esto la crisis de trabajo del campo se acentúa de una manera alarmente, siendo muchos los trabajadores que carecen de lo más necesario para subsistir y que los fondos que hay consignados para calamidades públicas han sido invertidos en socorros en raciones de pan a los obreros necesitados, no existiendo en el presupuesto de gastos, según datos facilitados por el Secretario-Interventor, otra consignación que pudiera invertirse en esta clase de auxilios que la cantidad consignada para funciones y festejos.

La Corporación, oídas las manifestaciones de la Presidencia y teniendo en cuenta que los fondos consignados para festejos, parte de ellos han de ser el día que se proceda a su inversión para repartir raciones de pan para los pobres de la población, acuerdan por unanimidad que durante los días que continúe el temporal de lluvias y los trabajos del campo no se puedan realizar, se continúe facilitando raciones de pan a los obreros necesitados, con cargo  a la referida consignación de funciones y festejos.

En la sesión del pleno de 16 de diciembre, se aprueban, entre otras, cuatro cuentas, por un total de 578,85 pesetas, importe de los 1113 kilos de pan repartidos entre los obreros parados:
Otra de 154,00, por trescientos cuarenta kilos de pan suministrados al Ayuntamiento por Juan Tovaruela García, para repartirlo entre los obreros parados durante el temporal de lluvias en el pasado mes de Noviembre.
Otra de 115,50 pesetas, por doscientos diez kilos de pan del vecino de esta, Francisco Martínez Guillén, con igual inversión que el anterior.
Otra de ptas., 110,00, por doscientos kilos de pan de Manuel Godoy Vilches, para repartirlo como los anteriores.
Otra de ptas., 199,65, que importan trescientos sesenta y tres kilos de pan, de Pedro Ortega Ponce, para repartilo también como los anteriores.

ARRENDAMIENTO DE PASTOS Y ESPIGAS.



Como hemos visto, en la primavera de 1916 los apuros de los obreros, derivados de la falta de trabajo que las lluvias había provocado, se intentan solventar con la cesión por los propietarios de las espigas y pastos. Las espigas y pastos eran una parte del aprovechamiento de la tierra calma, tras la recolección de la cosecha. En vez de arrendarlos individualmente, los propietarios pedían al Ayuntamiento que los subastará la de todos ellos, en común. La subasta se celebraba todos los años entre mayo y junio. Se trataba de subastar las espigas de los cereales (trigo, cebada, escaña) y los pastos de los rastrojos. Para ello, la tierra calma del término municipal se dividía en cuatro cuartos, tres situados en la margen izquierda del royo y el cuarto en la margen derecha:

Cuarto número 1. Comprende los terrenos desde el término de Rus, margen izquierda del arroyo de la Yedra hasta el camino de Ibros, los Cambrones y Cuesta Iniesta, al arroyo Casa Garzón (con  una superficie de 199 cuerdas de espigas en 1915).
Cuarto número 2. Comprende desde el Camino de Cuesta Iniesta, hasta el término de Ibros por el Poniente y Norte, y por el Saliente con la vereda del Hacho, hasta salir por el Cerro de las Grullas y desde este punto toda la vereda seguida hasta el haza llamada de Don Enrique Teruel y el padrón abajo hasta llegar al arroyo de la Yedra (de 176 cuerdas de espigas en 1915).
Cuarto número 3. Comprende los demás terrenos desde la cuesta llamada del Acho hasta el Arroyo del mismo nombre por Poniente y Sur; hasta el término de Ibros (con 213 cuerdas de espigas).
Cuarto número 4. Comprende todo el terreno existente entre el Arroyo de la Yedra y en su margen derecha y el término de Rus (con 270 cuerdas).

El Arroyo de Canena sirve de abrevadero en cada punto para los ganados que aprovechan los diferentes cuartos.

Para llevar a cabo el arrendamiento, el Ayuntamiento nombraba una Comisión y se redactaba un pliego de condiciones, que en 1917 fueron éstas[3]:

Primera.- La subasta tendrá lugar en las casas consistoriales de esta villa el día veintisiete del actual y hora de diez a doce del mismo.
Segunda.- El aprovechamiento de los pastos dará principio el día primero de junio entrante y terminará el treinta de septiembre del año actual.
Tercera.- El tipo de subasta será para todos los cuartos el de dos pesetas cincuenta céntimos fanega de tierra de espigas y pastos y una peseta fanega de pastos solas; entendiéndose como espigas las de escaña.
Cuarta.- Las pujas que se hagan por mejorar estos tipos no serán menores de diez céntimos sobre cuerda de espigas y pastos, correspondiendo la tercera parte a los pastos solos.
Quinta.- Sobre el tipo de remate se impondrá el 10 % para gastos de Administración a favor del Ayuntamiento.
Sexta.- Para hacer postura, se exigirá a los licitadores un depósito provisional de cincuentas pesetas para cada cuarto que subaste.
Séptima.- El rematante de uno o varios cuartos prestará garantía a responder del importe de ellos, a satisfacción de la Junta o Comisión encargada, bien con fianza personal o metálica o hipotecaria.
Octava.- El pago tanto de las espigas y los pastos se verificará para el día quince de agosto próximo al comisionado que dirige la Junta.
Novena.- Durante la época de recolección de cereales les será permitido a los dueños de fincas pastar con las caballerías a los de su propiedad, siempre que estas caballerías sean las que hagan los trabajos respectivos.
Décima.- El rematante de un cuarto será responsable de los daños que se causen en los suyos respectivos, a menos que presente o justifique quien sea el dañador.
Undécima.- A cada rematante de cuartos le será concedido por la Alcaldía el nombramiento de un guarda de campo municipal honorario para el reguardo del suyo respectivo y a favor de la persona que designe, siempre que sea un vecino de esta villa y reúna las condiciones necesarias para el desempeño del cargo.
En Canena, a 25 de mayo de 1917

La subasta se llevó a cabo el 27 de mayo, siendo adjudicados los cuartos primero y cuarto a Manuel Jurado Galera, el tercero a Miguel Ruiz García y el segundo a Antonio Ruiz Ruiz, en todos los casos al precio de dos pesetas cincuenta céntimos cuerda de espigas y pastos y una peseta la de pastos solos[4]. En condiciones normales, el importe obtenido en la subasta se subdividía entre los propietarios de las tierras, percibiendo cada uno lo que le correspondiera; los adjudicatarios de la subasta tenían que entregar además un diez por ciento adicional, en concepto de gastos de Administración a favor del Ayuntamiento.

En  ocasiones, como en esta de 1916, los propietarios podían ceder el aprovechamiento de las espigas o el importe de la subasta de los pastos o parte de él para que el Ayuntamiento lo pudiera utilizar en otros fines, como ocurrió también en los años de la Segunda República. Ya en la primavera de 1931, a propuesta del Ayuntamiento, los propietarios cedieron las espigas de trigo a beneficio de los obreros pobres, ampliándose esta cesión en 1932 a las espigas de cebada. En 1933 se mantuvo esta cesión, pero también se cedió el importe de la subasta de los pastos en favor de los fondos especiales para remediar el paro forzoso de obreros de esta localidad. Estos fondos estaban destinados a dar trabajo a los obreros en el arreglo de los caminos del término o en otras obras públicas análogas.

El Ayuntamiento también arrendaba los pastos de invierno, de caminos, arroyos y tierras vacías aprovechables de su propiedad, aprovechándose hasta el 31 de mayo de cada año.


CONFLICTIVIDAD SOCIAL. LA BANDERA ROJA.



Son años en los que la clase obrera, los jornaleros, comienzan a organizarse. Al menos desde principios de siglo va promulgándose la primera legislación social. Por Real Decreto de 23 de abril de 1903 se crea el Instituto de Reformas Sociales, como el órgano adecuado para frenar la conflictividad que se avecinaba, actuando, al mismo tiempo, como organismo técnico capaz de crear la necesaria legislación laboral y como freno a las reivindicaciones obreras en materia social; finalmente, el mismo organismo tendría las atribuciones precisas para que las leyes tutelares se cumplieran por medio de agentes inspectores. Paralelamente, por Real orden de 3 de agosto de 1904, se regulan las normas de constitución y funcionamiento de las Juntas de Reformas Sociales a nivel local y provincial, nacidas con el objeto de inspeccionar todo centro de trabajo, procurar el establecimiento de Jurados mixtos de patronos y obreros, entender de las reclamaciones que unos y otros sometan a su deliberación y velar por el cumplimiento de la Ley, singularmente donde se reúnen obreros de ambos sexos, para que se observe una disciplina que evite todo quebranto de la moral o de las buenas costumbres; son, además, órganos consultivos de los alcaldes. La Junta  local de Reformas Sociales está presidida por el Alcalde, de ella forman parte como miembros natos el párroco y el médico del pueblo y un máximo de seis vocales por parte de los patronos y otros seis por parte de los obreros.


Constitución de la Junta Local de Reformas Sociales en 1923 y electores de la clase patronal y de la clase obrera

En Canena, los obreros fundan “La Bandera Roja, Sociedad Socialista de Oficios Varios”, y como contrapartida se crea el Sindicato Agrario Católico, mientras que los patronos se organizan en torno al Casino Primitivo y al Casino Liberal.

Se negocian las condiciones de trabajo, tanto para la recolección de la aceituna como para la de cereales, como sucedió en el invierno de 1919 y verano de 1920[5].

El 15 de noviembre de 1919, La Bandera Roja remitió un escrito al Sr. Presidente de la Junta de Reformas Sociales de Canena por el que presentan a la clase patronal las nuevas bases de trabajo para la próxima recolección de la aceituna:

Sr. Presidente de la Junta de Reformas Sociales
Sr. Presidente. Reunida la sociedad “La Bandera Roja”, todos de común acuerdo presentan a la clase Patronal las nuevas Bases de trabajo para la próxima recolección de la aceituna. Dichas bases perdurarán hasta último del próximo Marzo.
1ª. Abolición del trabajo a destajo.
2ª. En las interrupciones por efecto de lluvias u otros incidentes percibirá todo el que trabaje la cantidad correspondiente a cada hora invertida desde su salida hasta su regreso con arreglo al jornal.
3ª. Los hombres percibirán de salario la cantidad de 6 pesetas.
4ª. Las mujeres ganarán por jornada 3 pesetas.
5ª. Los que no puedan por ser menor de edad conceptuarse como hombres ganarán 4 pesetas y los menores el jornal será convencional por los patronos y el interesado.
6ª. No podrán ser admitidos obreros forasteros mientras halla parados en la localidad y en caso necesario serán admitidos previo convenio con esta sociedad, al objeto de que estos procedan de las Sociedades de obreros de los pueblos limítrofes.
7ª. Se constituirá un tribunal arbitral compuesto por un representente de la clase patronal y otro de los obreros y estará presidido por el Sr. Presidente de la Junta local de Reformas Sociales, cuyo tribunal organice y vele por el exacto cumplimiento de estas bases, para lo cual impondrá las multas correspondientes a las faltas a que hubiere lugar.
8ª. En las fábricas y molinos aceiteros se observarán para los obreros el mismo salario y las mismas condiciones que para los obreros del campo.
9ª. Como ésta pertenece oficialmente al comité provincial de sociedades obreras de resistencia y como consecuencia de ello tiene el deber ineludible de prestar solidaridad en caso preciso a las demás sociedades obreras de toda España, aún teniendo estas bases formadas, se reserba el derecho de declarar la Huelga General si las circunstancias lo exijieran.
No teniendo más que cominicarles, se despiden de V.
La comisión (firman Manuel Megías y Álvaro Beltrán).

El día siguiente, 16 de noviembre, los patronos presentan las Conclusiones acordadas por los patronos para reglamentar el trabajo en la presente recolección de la aceituna.

1ª. Jornal durante la recolección, 16 reales jornal de hombre y 8 reales jornal de mujer. Demás jornales de esporteros y rabeleros a precios convencionales.
2ª. Libertad de contratar a destajo con el precio desde 6 reales a 8 reales hectólitro según el estado de cosecha.
3ª. Usos y costumbres de años anteriores, suprimiendo las paradas a fumar, o lo que es lo mismo que desde que se empieza por la mañana hasta que se da de mano no se deja de trabajar más tiempo que una hora para comer.
4ª. En igualdad de condiciones, serán preferidos los del pueblo y en caso de ventaja, queda en libertad el patrono.
Estas conclusiones se entiende que son para la recolección actual, sin que obligue a nada posterior.
Se ruega a todos los patronos que estén conformes con estas bases presten en esta su firma de conformidad y queda obligado a respetarlos tal y conforme es. (lo firman en torno a 35 patronos).

Como podemos apreciar, las posturas eran bastantes divergentes. El día 2 de diciembre se reúne una Comisión de patronos y obreros para tratar sobre las bases de contratación del trabajo durante la presente recolección de la aceituna, llegándose finalmente a un acuerdo.



En la villa de Canena, a dos de diciembre de mil novecientos diez y nueve, siendo las once, se reunieron en las Casas Consistoriales, convocados por el Sr. Alcalde accidental, Don Manuel Niceto Reyes Godoy y bajo su presidencia, los señores patronos y obreros cuyos nombres al margen se expresan, al objeto de tratar de llegar a un acuerdo sobre las bases para la contratación del trabajo durante la presente recolección de aceituna.

Declarado abierto el acto, el Sr. presidente ordenó a mí, el Secretario, la lectura de la comunicación del Iltmo. Sr. Gobernador civil de la provincia, recomendando a la Alcaldía esta reunión y que para la contratación del trabajo se tengan en cuenta las bases establecidas en los pueblos de Porcuna y Mancha Real; leída dicha disposición y las referidas bases, que están insertas en el periódico “La Regeneración” y enterados de una y otras todos los señores presentes, por los señores que representan la clase patronal se propusieron las bases siguientes:

1ª. Precio del jornal de hombres, a cuatro pesetas veinticinco céntimos; y el de las mujeres dos pesetas, en la recolección de la aceituna.
2ª. Los muchachos menores de diez y siete años el precio del jornal será convencional entre el patrono y el obrero y la mujer desde los diez y seis años.
3ª. El trabajo se efecturará con arreglo a los usos y costumbres en este pueblo.
4ª. Se podrá fumar una vez por la mañana y otra por la tarde, no excediendo cada una de diez minutos.
5ª. Libertad de contratar el trabajo de la recolección de la aceituna a destajo, prefiriendo para la contratación a los obreros de esta localidad, siendo el precio mínimo  del hectólitro el de una peseta setenta y cinco céntimos.

Los representantes de la clase obrera, conocidas que fueron estas bases, manifestaron respecto de cada una de ellas,

1ª. Que consideran poco remunerado el trabajo en el precio del jornal señalado en esta base, la que aceptarían siendo el de cinco pesetas y dos pesetas cincuenta céntimos las mujeres.
2ª. Que la aceptan tal y como está propuesta por la clase patronal.
3ª. Que también la aceptan y están conformes con ella.
4ª. Que igualmente están conformes en esta base.
5ª. Que no aceptan esta base por considerar no es  conveniente ni a una y otra clase que los trabajos de la recolección de la aceituna se verifiquen de esa forma.

El Sr. alcalde, en vista de que la diferencia que existe en el precio del jornal de hombre es de setenta y cinco céntimos y en el de mujer cincuenta céntimos, requirió a los reunidos tanto patronos como obreros para que inspirándose en el mejor deseo y en la conveniencia de llegar a un arreglo y quedar conformes en la base primera, modifiquen cada una de las partes algo de lo que a sus intereses respecta y procuren ponerse de acuerdo en este punto. Discutido suficientemente este punto se llegó al acuerdo de que el jornal de hombre sea de cuatro pesetas cincuenta céntimos y dos pesetas veiniticinco céntimos las mujeres.
Respecto a la base 5ª, que trata del trabajo a destajo, se acuerda que si las leyes que regulan el trabajo autorizan esta forma de contratación, sea respetada.
También se estipula de común acuerdo que la salida al trabajo sea al toque de ave maría de la mañana.

Con lo que se dio por terminada esta reunión, firmando los presentes acuerdos todos los señores presentes, de que yo el Secretario del Ayuntamiento certifico. (firman como patronos Francisco Godoy Reyes, Manuel Godoy Reyes, Trinidad Godoy Martínez, Juan A. Rascón Trillo, Juan Reyes Godoy, Manuel Godoy García, Miguel Herrera Godoy y Juan Ruiz Jódar. Como obreros, Manuel Jódar Galera, Álvaro Beltrán López, José María Sánchez Reigs y José Lorite Díaz).

Algo similar se planteó en la siguiente recolección de cereales, para el verano de 1920. El 20 de mayo La Bandera Roja presentó las bases para la recolección de cereales. El 1 de junio se reúnen los patronos, en el ayuntamiento, convocados por el señor alcalde, Manuel Godoy García, para cambiar impresiones respecto a la huelga planteada por la sociedad La Bandera Roja, acordando mantener las bases que habían acordado previamente con el Sindicato  Católico Agrario (del que formaban parte tanto patronos como obreros) el 21 de mayo. En este caso, lo que no sabemos es si se llegó a un acuerdo posterior o no. 

La Bandera Roja organizaba también otras acciones. En el Archivo Municipal hay un expediente relativo a esta Sociedad, con escritos de los sucesivos presidentes informando al Alcalde de la celebración de mítines ”de carácter societario y sociológico”, con participación de oradores venidos de otras localidades. Uno de ellos será Ramón Lamoneda Fernández, de Madrid, que había nacido en Begíjar, llegando a formar parte del Partido Comunista, reingresando durante la República en el PSOE y siendo el último Secretario General del PSOE nombrado en España hasta la muerte de Franco. En septiembre de 1919 es presidente de la Sociedad Álvaro Beltrán y su secretario Manuel Megías Ruiz; este último, ya como Presidente, el 18 de septiembre de 1920, teniendo 33 años, informa al Alcalde que a las nueve de la noche del día siguiente se celebrará una velada sociológica y societaria en el domicilio social de “La Bandera Roja”, en la que tomarán parte oradores de varias localidades, para protestar de las deportaciones a Fernando Poó, de la suspensión de las garantías constitucionales y cuantas arbitrariedades está cometiendo el gobierno con las clases trabajadoras y cuanto se relaciona con la aspiración de transformar la sociedad presente por otra más justa y progresiva. Por escrito de ese mismo día, el Alcalde, teniendo en cuenta la forma en que está redactado dicho escrito y altas razones de orden público, deniego la petición. El 13 de abril de 1920 dirigen un escrito al Alcalde, con tres puntos, el primero sobre la sustitución de los componentes de la Junta de Subsistencias, por no obrar de acuerdo a la Ley y no distribuir el trigo sobrante correctamente; el segundo, sobre la renovación de la Junta de reformas sociales, y el tercero solicitando acciones para hacer desaparecer el juego, que no está autorizado por la ley. El 29 de abril de ese año, por escrito dirigido al Alcalde, solicitan realizar una manifestación el 1º de Mayo para pedir la jornada de 8 horas, no autorizándoselo el Alcalde.



Sr. Alcalde
Manuel Jódar Galera, casado, de 32 años, jornalero, vecino de esta villa y habitante calle de Tetuán, núm.  , en nombre propio y de varios compañeros que desean realizar una manifestación para pedir la jornada de 8 horas de trabajo en el próximo día 1.º de Mayo, que partiendo de la Sociedad La Bandera Roja pase por las calles Nueva, Baja, Iglesia, Plaza del Ayuntamiento, Cecilio López, Calle Plazuela, Remedios, Conejero a la Sociedad, donde se disolverá después de pronunciar algunos discursos alusivos a la fecha del 1.º de Mayo, solicita de V. por medio de la presente, el permiso previo y por escrito que para realizar dicho acto previene el art. 3.º de la vigente ley de Reuniones de 15 de Junio de 1880.
Lo que tengo el gusto de solicitar de V. a los fines consiguientes.
Viva V. muchos años.
Canena, 29 de Abril 1920 (firmado Manuel Jódar)
Sr. Alcalde Constitucional de esta Villa
Providencia: No se autoriza la manifestación fundamentando la negativa en las disposiciones de la R.O. de 29 de abril e 1891. El Alcalde.
La Bandera Roja será la única organización política y sindical constituida en Canena afín a la República, y como tal será la que proponga a los miembros del Consejo municipal que gobernará Canena desde enero de 1937 a abril de 1939.[6]


Tarjeta de asociado de la Sociedad Socialista de oficios varios La Bandera Roja


LA ELECTRICIDAD. EL TRANVÍA. LA FARMACIA.



El segundo decenio del siglo XX trae a Canena la electricidad, tanto para el alumbrado público, como para las casas de los vecinos. En la sesión ordinaria del Ayuntamiento de 9 de marzo de 1912, la corporación conoció de una solicitud que Don Julián Gadea Puche, vecino de la ciudad de Baeza, dirige al Ayuntamiento solicitando se le conceda la autorización correspondiente para hacer el tendido de una red de cables eléctricos protegidos dentro de la población para instalar el alumbrado eléctrico a los vecinos de esta que lo deseen;  para lo cual solicita también se le permita la construcción de una casilla de tres metros cuadrados de superficie, para instalar y aislar los transformadores necesarios. La corporación después de breve discusión sobre el asunto y visto que lo solicitado por Don Julián Gadea Puche no perjudica en nada los intereses generales del vecindario, puesto que los cables que ofrece han de ser protegidos y colocados con arreglo a las disposiciones vigentes sobre la materia de que se trata para la seguridad del mismo, acordó conceder la autorización solicitada para la instalación de la casilla donde ha de colocar los aparatos de transformación se le ceden tres metros de terreno cuadrados en el sitio  “El Cantón”, entre los caminos de Rus y Baeza, que se deslindan al norte con el camino de Rus, al saliente con terrenos de Tomás Godoy, al sur con el mismo; y  al poniente con el camino de Baeza.

Poco tiempo después Julián Gadea debió pasar la explotación a Cristóbal Torres Ayllón.

La línea de alta tensión llegaba a Canena por el camino de la Alhambra, posiblemente desde el Vado de las Oyas. A principios de 1924 debía estar en mal estado, de tal manera que suponía un peligro, por la posible caída de los postes y el riesgo de provocar un incendio en el Ejido, sobre todo en la época de la trilla. Por ello, en la sesión de 13 de enero de ese año por el concejal Sr. García Reyes se hizo presente el mal estado en que se encuentra la línea eléctrica de alta tensión que desde la Alhambra conduce la fuerza eléctrica a la central de este pueblo, amenazando peligro a las personas que transitan por el camino vecinal por donde está instalada y a los intereses del vecindario, pues pasa por el Egido público y en la época de recolección de cereales constituye un serio peligro, dada la … de los postes, que con frecuencia y a la menor variación del tiempo suelen caerse como ha sucedido recientemente. La Corporación de acuerdo con lo denunciado por dicho Sr. concejal acuerda se requiera a la Compañía “¿Mengemor?”, propietaria de dicha línea, para que a la brevedad posible ponga la referida línea en condiciones de seguridad y antes del verano próximo varíe ésta en forma que no pase por el Egido de esta villa.

Será Cristóbal Torres Ayllón el que suministrará la energía eléctrica en Canena, tanto en las casas de los vecinos como en el alumbrado público.[7]

Otro avance importante lo había constituido la entrada en funcionamiento del tranvía de La Loma, al que hicimos referencia en esta entrada del blog (http://historiasdecanena.blogspot.com.es/2016/12/historias-de-canena-el-accidente-de.html).

Años antes, en 1907, se abrió la primera farmacia que hubo en Canena, a cargo del farmaceútico Francisco Pedrido Pérez, natural de Santiago de Compostela; en 1918[8] vivía en la calle Remedios, número 4, donde posiblemente tuviera la farmacia, muriendo el 30 de marzo de 1922, con 73 años; algunos recordarán a su hija, “Mariquita” Pedrido, que, estando viviendo en Alemania, facilitó que muchos caneneros emigraran a ese país en busca de trabajo en los años 50 y 60 del siglo pasado.  A la muerte de Francisco Pedrido, Canena se quedó sin farmacia; aunque en los años siguientes en varias ocasiones se sacó la plaza a concurso, nadie la pedía y se quedaba vacante. Hasta la sesión del Ayuntamiento de 11 de agosto de 1935 no he vuelto a constatar que hubiera de nuevo farmacia en Canena, figurando en esa fecha ya como farmacéutico de Canena D. Sebastián Lorente Fernández, que tenía la farmacia en la calle Iglesia[9].  Entre 1922 y 1935 los medicamentos necesarios para los vecinos de Canena debieron ser suministrados por el farmaceútico de Rus, como se atestigua en el acta de la sesión de la Comisión Municipal Permanente de 27 de enero de 1930[10], en la que el señor Presidente propuso a la Comisión, que como se viene verificando, los medicamentos necesarios para la beneficiencia municipal los suministre el farmacéutico de Rus, D. Rufino Reyes Godoy, con arreglo a la tarifa especial de beneficiencia, por no existir farmacia en este pueblo; y que lo que importen se abonen mensualmente, previa presentación de las recetas despachadas. Los señores presentes acuerdan de conformidad con los propuesto por la presidencia[11].

El sistema de adquisición de los medicamentos era similar al de atención médica. El Ayuntamiento formaba un listado de familias pobres con derecho a la asistencia gratuita médico-farmacéutica; estas familias recibían gratuitamente los medicamentos recetados por el médico, mientras que el resto de vecinos tenían que adquirirlos con sus propios medios. El farmaceútico pasaba periódicamente al Ayuntamiento la cuenta de lo que importaban los medicamentos suministrados a las familias pobres incluidas en la lista, indicando el número de recetas y el importe de las mismas; por ejemplo, en agosto de 1935, fueron 74 recetas, que importaron 206,80 pesetas.

LAS ESCUELAS.



Ya hemos citado las escuelas en ocasiones anteriores, en el mismo año 1917, donde sufren algún deterioro y se hacen necesarias algunas reparaciones, así como con ocasión de la cesión que hace Manuel Godoy García del solar para la construcción de las “Escuelas Viejas”.

Aquí solo vamos a dar algunas pinceladas sobre ellas. Desde siglos anteriores, las condiciones para impartir la enseñanza en Canena, como en tantos pueblos de España, eran muy precarias. Ya aquí (http://historiasdecanena.blogspot.com.es/2015/08/historias-de-canena-la-ermita-de.htmldimos a conocer un documento de finales del siglo XVII en que se daba escuela en la Ermita de los Remedios, nombrando como maestro de escuela a un vecino de Canena, en quien se hayan y concurren las calidades para ello necesarias (para que enseñe y habilite a los niños a que sepan leer y contar y doctrina cristiana). En los siglos siguientes la situación no mejoró mucho. Hasta mediados del siglo XIX eran solo los niños los que asistían a la escuela, aunque la iban abandonando cuando podían aportar algo a la economía familiar. La primera noticia sobre la escuela de niñas es de 18 de enero de 1849, fecha en la que se nombra maestra interina a Isabel Gallego.

Hasta la construcción de las nuevas escuelas en 1924 (las que hoy llamamos “Escuelas Viejas”), las escuelas estuvieron en la casa de la cárcel, en la calle Castillo, y en una casa que había junto a la Ermita de los Remedios, escuelas en las que también vivían los maestros. Desde el siglo XIX, en la casa de la cárcel estuvo la de niños y en la de los Remedios la de niñas, pero a principios de la década de los años veinte del siglo pasado, se cambiaron, y la de niños pasó a estar en los Remedios y la de niñas en la casa de la cárcel. En cualquier caso, ambas estaban en mal estado y periódicamente necesitaban reparaciones de cierta importancia, lo que hizo que fueran trasladadas a las nuevas escuelas antes de que éstas se entregaran formalmente por el constratista de las obras al Ayuntamiento. Primero se trasladó la de niños, entre abril y mayo de 1924; después la de niñas, en julio de 1925.

En estos años, ningún maestro se consolida en su plaza y los que la ocupan se trasladan en poco tiempo a otros pueblos. Asi, en septiembre de 1913 toma posesión de su plaza en propiedad, Don Salvador Vilches Párraga, que se traslada a Jabalquinto en la primavera de 1916, por lo que la vacante de Canena sale a concurso y es ocupada en diciembre de 1916 por Don Ángel Espejo Duque, que en el verano de 1917 se marcha a Villanueva de la Reina. En 1918 el maestro de Canena es Don Benito Pedregosa Cano, natural del pueblo granadino de Montefrío, que no debió permanecer mucho tiempo aquí, ya que la vacante sale de nuevo a concurso en octubre de 1919.

Por el contrario, la maestra de la escuela de niñas, Dª. Purificación Tirado Cañete, ejerció su magisterio en Canena desde 1901 hasta principios de los años treinta[12], y como reconocimiento a su labor en 1953 se le puso su nombre a un tramo de la calle Remedios.
Ya en otros trabajos se ha abordado la educación y la enseñanza en Canena en el pasado siglo y por ello no me quiero extender más.[13]


EL CEMENTERIO.



Aunque en el futuro pretendo hacer un estudio más profundo sobre el cementerio, no quiero cerrar éste sin apuntar unas notas sobre él. Desde su construcción, en 1849, sufre numerosos incidentes y hay que reconstruir parte de su cerca en varias ocasiones; en 1894 se ensancha hacia la parte izquierda de su entrada. A principios de 1915, en la sesión de 23 de enero y como consecuencia del problema planteado para que se enterrara civilmente a una niña de once años muerta en noviembre de 1914 y no haber cementerio civil, el Gobernador Civil ordena su construcción, y el Ayuntamiento acuerda anular un acuerdo anterior, que segregaba una parte del Cementerio Católico para destinarla a civil y construir un Cementerio Civil, separado del católico, con trece metros de línea por siete de fondo, aprueba que tendrá trece por siete metros:



El Sr. Alcalde ordenó que por mí el Secretario se diese lectura a la comunicación del Ilmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, fecha 18 del actual, sobre cementerios, lo que tuvo efecto.

El Ayuntamiento, enterado de la referida orden del Ilmo. Sr. Gobernador Civil y después de breve discusión, acordó por unanimidad, 1º. Que la parte segregada del Cementerio Católico para destinarla a civil quedaba sin efecto. 2º. Que la sepultura del párvulo enterrado en la referida parcela el día 9 del corriente se le haga una cerca con una pared de tela metálica, para que cuando transcurra el tiempo reglamentario se trasladen los restos al Cementerio Neutro y 3º. Que sin levantar mano se empiece la construcción de un Cementerio Civil, las paredes tendrán de línea trece metros y siete de fondo, pagándose con cargo al capítulo de imprevistos del presupuesto municipal ordinario los gastos que se ocasionen y que del presente acuerdo se saque certificado y se remita al Ilmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, dándole parte cuando se terminen las obras.

En el mismo año de 1917, en la sesión de 17 de enero, la corporación acordó que tan pronto lo permita el estado del tiempo se proceda a la reparación de las tapias del cementerio, que debido al temporal reinante han sido derrumbadas.

Aunque se me quedan en el tintero muchas facetas de la vida del pueblo en estos años, concluyo aquí este relato, en el que he tratado de dar unas pinceladas de algunos aspectos de cómo era el día a día en la Canena de principios del siglo XX. Espero que tanto por mi parte como por la de otras personas con inquietudes en el conocimiento de nuestra historia reciente se puedan ir dando a conocer más documentos y testimonios que completen este y otros trabajos publicados sobre nuestra historia reciente.




[1]     Archivo Municipal de Canena. Caja 105, carpeta 1. Junta local de socorros. Expediente en el que constan las diligencias practicadas, los documentos y cuentas detalladas referentes a dicha Junta, con motivo de los socorros facilitados a los obreros pobres de este pueblo durante los días 17 al 29 de Marzo del año 1916.
[2]     Este Decreto impedía que jornaleros de Canena trabajaran en tierras de otros términos municipales, mientras hubiera jornaleros en paro en esos términos, cuando históricamente, dado el reducido término municipal de Canena, había sido frecuente trabajar en cortijos de Linares o Vilches, como Náquez o Las Cuevas. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Canena tomó varias iniciativas en estos años para tratar de remediar esta situación, solicitando la ampliación de su término municipal  o su agregación al de Vilches, formando una agrupación intermunicipal, a los efectos de que los jornaleros pudieran emplearse en dicho término municipal.
[3]     Archivo Municipal de Canena. Caja 128, carpeta 1.  Expediente instruido por esta Alcaldía para el arrendamiento de los pastos y las espigas de este término municipal en el verano próximo, cuya subasta se verificó el día 27 de Mayo de 1917.
[4]  Primero eran los cerdos los que aprovechaban las espigas y después  los pastos , los rastrojos, eran aprovechados por las cabras y ovejas.
[5]  Archivo Municipal de Canena. Caja 328, carpeta 8. Sociedad la Bandera Roja.
[6] Por Decreto de 4 de enero de 1937 se disolvieron los Ayuntamientos y Comisiones gestoras, procediéndose por los Gobernadores Civiles a constituir Consejos municipales, en los que debían de estar representados los partidos políticos del Frente Popular y las organizaciones sindicales obreras existentes en cada municipio.
[7] Sobre los pormenores del suministro eléctrico y la trayectoria de Cristóbal Torres Ayllón, consultar M. TORRES GODOY y P. MARTÍNEZ GARCÍA, Canena: Crónica del Siglo XX, Volumen I. Canena, 2014, páginas  59-64.
[8] De acuerdo con el Padrón de habitantes de 1918. Archivo Municipal de Canena, caja 66, carpeta 7.
[9] D. Sebastián Lorente tuvo tres hijas, Carmen, Concha y Nieves. Concha, a la muertre de su padre, siguió con la farmacia, aunque la trasladó a la casa de enfrente, que había comprado previamente. Después la vendió.
[10] La Comisión municipal permanente estaba formada por el Alcalde y los dos Tenientes de Alcalde. Había sido creado por el Estatuto Municipal, de 8 de marzo de 1924, adoptando la mayor parte de los acuerdos a nivel municipal, pasando a ser las sesiones del pleno del Ayuntamiento de una periodicidad  cuatrimestral.
[11] D. Rufino Reyes Godoy era hermano del médico de Canena, D. Juan Reyes Godoy.
[12] Otra ilustre maestra de Canena,, María Ortega Granada, nos ha dejado una semblanza de Doña Pura  en  el Album Escolar (Una visión de la Escuela de Canena en el siglo XX), de Manuel Jódar Jódar y Ana Vilches Reyes, editado  por el Ayuntamiento de Canena en 1998 (pp. 10-11).
[13]   Ver el libro citado en la nota anterior y el de M. TORRES GODOY y P. MARTÍNEZ GARCÍA, Canena: Crónica del Siglo XX, Volumen I. Canena, 2014, páginas  97-100.


Texto de José Luis Reyes Lorite

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