Traigo
aquí otra noticia interesante que recogen las actas del concejo de
Canena, en este caso del seis de julio de 1622, hace casi
cuatrocientos años. Se trata de una lidia de toros. Es la única que
hemos encontrado hasta ahora. En aquellos años era frecuente que
cualquier pueblo celebrara sus fiestas con juegos con toros, con
festejos taurinos de diferente índole. En el caso de Canena, no
hemos encontrado ninguna noticia de que se celebraran estos festejos,
sino solo esta, relacionada con un acontecimiento especial, como fue
la merced que el rey le hizo al Marqués de Camarasa de nombrarlo
“gentil hombre de su Real Cámara y Camarero Mayor del príncipe,
cardenal arzobispo de Toledo”.
Se
trata del tercer Marqués de Camarasa, Diego de los Cobos Guzmán
y
Luna1,
sobrino del Conde-duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, que
al año siguiente de llegar al trono (reinó desde 1621 a 1665) le
otorga el
12 de junio de 1622 esta
distinción al Marqués de Camarasa2,
que completó en 1638
al ser nombrado gentil hombre de la Cámara del Rey y en
1640 Duque de Sabiote con la dignidad de Grandeza de España (único
Marqués de Camarasa que la tuvo)3.
Estas distinciones encumbraron al Marqués de Camarasa como un
personaje relevante en el reinado de Felipe IV. En el caso del
nombramiento de Sumiller
de Corps o Camarero
Mayor del príncipe, era quizá
el cargo
más importante al servicio del príncipe,
cardenal arzobispo de Toledo; se
trata de
Fernando de Austria (1609-1641), hermano
de Felipe IV;
en
1619 fue nombrado arzobispo de Toledo y poco después fue designado
cardenal.
A
raíz
de la noticia, los oficiales del concejo se juntan en cabildo para
aprobar una serie de medidas para celebrar la
buena nueva. Acuerdan
primero que, aprovechando que el corregidor del Estado de Sabiote va
a ir a Madrid a dar el parabién -a felicitar- al Marqués de
Camarasa en
nombre de Sabiote, lo haga también en nombre de Canena, y para el
coste que en ello pueda tener se le den cien reales. En segundo
lugar, mandaron
que en esta villa se hagan alegrías y se pongan luminarias en todas
las calles y puertas de casas de esta villa y se repiquen las
campanas de la Iglesia de la mañana en la noche, que se contarán
siete de este mes y que se compren tres libras de pólvora de los
propios del dicho concejo y que se traigan chirimías para que se
toquen la dicha noche en señal de alegría de la dicha merced que su
magestad ha hecho a su Señoría y que la dicha pólvora
se dé a seis arcabuceros para que la gasten bien y tiren la dicha
noche. O
sea que el día siguiente del cabildo, el 7 de julio, el pueblo
entero debió
estar de fiesta, haciendo alegrías,
poniendo luminarias
en todas las calles y puertas de casas
y repicando las
campanas de la Iglesia de la mañana en la noche
y se compraron
tres libras de pólvora para que seis arcabuceros la gastasen
durante la noche; además se trajeron
chirimías4,
para que se toquen la dicha noche en señal de alegría.
Pero
no acabará ese día la celebración, ya que se aprueba que el ocho
de agosto se
lidien toros y que uno de ellos se compre de los propios de este
concejo para garrocha y que muera en las fiestas que se han de hacer
y que los puestos de los andamios se echen en almoneda pública y se
rematen en el mayor ponedor para ayuda a los gastos que en las dichas
fiestas se hicieren. Ninguna
información más se nos ofrece ni en esta acta ni en otras
posteriores, por lo que estas líneas nos plantean algunas certezas,
pero bastantes incógnitas.
Al
hablar de lidia de toros no podemos pensar en la lidia actual, sino
que se aproximaría más a lo que hoy son los festejos taurinos
populares. Era
una fiesta en la que muchos vecinos participarían de manera activa,
donde se corrían los toros y se les acosaría con cualquier arma,
incluidas piedras y palos. No
sabemos cuántos toros se lidiaron, solo que uno de ellos se compró
de los propios del concejo y que se lidiaría
para garrocha y que se mataría. Por
entonces la mayoría de los toros no se mataban, aunque solían
sufrir bastantes heridas en la lidia. Las
garrochas eran de las armas más utilizadas. Sebastián
de Covarrubias, en su Tesoro
de la lengua castellana o española,
de 1611, define garrocha como “la
vara que se tira al toro para embravecerle con un hierro de lengüeta,
que es como garra”.
No
sabemos de dónde se trajeron los toros, ni dónde los encerraron el
día o días anteriores
a ser lidiados, ni en qué recinto se lidiaban, si
era en un recinto cerrado o no -¿en
la Plaza, en la Plazuela?-,
y solo
que instalaban
andamios para ver la lidia de los toros con
seguridad y
que
los
puestos de estos andamios eran arrendados, para sufragar parte de los
gastos de la fiesta. La
mayoría de los participantes activos en correr y lidiar los toros lo
harían a pie, pero tampoco sabemos si alguno lo haría a caballo.
Los
festejos taurinos tenían en la época un enorme arraigo social y
constituían la fiesta popular más importante en cada pueblo. Sin
embargo, como hemos indicado al principio, no nos consta que en
Canena se celebraran de manera regular y, por ahora, solo hemos
encontrado esta referencia en el archivo municipal.
Esta
es la transcripción del acta del concejo de 6 de julio de 1622:
En
la villa de Canena en seis días del mes de julio de mil y
seiscientos y veinte y dos, nos, Domingo García y Bartolomé
Cantudo, alcaldes ordinarios de esta dicha villa, y Juan Sobrino y
Martin Alonso, regidores, concejo, justicia y regimiento de ella,
estando juntos en su cabildo, como lo han de uso y costumbre y juntos
en él acordaron y trataron lo siguiente.
Dijeron
que por cuanto han tenido nueva que su magestad ha hecho merced a su
Señoría el Marqués de Camarasa, señor de esa villa, por gentil
hombre de su Real Cámara y Camarero Mayor del príncipe, cardenal
arzobispo de Toledo, de que como sus vasallos tienen gran contento,
acordaron se le escriba a su señoría la buena nueva y para bien de
ella y que atento que su merced Don Juan de Peñarrubia de Pareja,
corregidor de esta villa y de las demás de su señoría, va por la
villa de Sabiote a la villa de Madrid a darle el parabién a su
señoría, vaya por parte de esta villa y concejo de ella por su
persona y dé a su señoría el parabién de los tales oficios que su
magestad le ha hecho merced y para ayuda de la costa que ha de tener
se le dé a su merced del dicho corregidor para el dicho viaje cien
reales de los propios y rentas del dicho concejo y mandaron que en
esta villa se hagan alegrías y se pongan luminarias en todas las
calles y puertas de casas de esta villa y se repiquen las campanas de
la Iglesia de la mañana en la noche, que se contarán siete de este
mes y que se compren tres libras de pólvora de los propios del dicho
concejo y que se traigan chirimías para que se toquen la dicha noche
en señal de alegría de la dicha merced que su magestad ha hecho a
su Señoría y que la dicha pólvora se dé a seis arcabuceros para
que la gasten bien y tiren la dicha noche y así lo acordaron y
mandaron y por lo que en lo suso dicho se gastare se le dé libranza
al mayordomo del concejo.
Dijeron
que tal merced que su magestad ha hecho a su señoría es justo se
celebre con gran suntuosidad y para más servir a su señoría y en
su servicio se
lidien toros y que uno de ellos se compre de los propios de este
concejo para garrocha
y que muera en las fiestas que se han de hacer, las cuales se hagan a
ocho días del mes de agosto venidero de este dicho año y para ello
nombraron por comisarios a los dichos Domingo García, alcalde
ordinario, y a los dichos regidores y que se publiquen las dichas
fiestas mañana, siete de este mes con chirimías, y que los puestos
de los andamios se echen en almoneda pública y se rematen en el
mayor ponedor para ayuda a los gastos que en las dichas fiestas se
hicieren y para arrendar los dichos puestos y tracas que en ellos se
han de dar nombraron así mismo por comisario al dicho Bartolomé
Cantudo, alcalde ordinario, y con esto fenecieron y acabaron el dicho
cabildo y lo firmaron y rubricaron de sus firmas y rúbricas
acostumbradas.
1El
Marquesado de Camarasa lo crea Carlos I en 1543, para otorgárselo a
Diego de los Cobos como regalo de su matrimonio con Francisca Luisa
de Luna y Mendoza, señora de Camarasa. Diego de los Cobos, primer
Marqués de Camarasa, era hijo de Francisco de los Cobos y María de
Mendoza.
2El
nombramiento es
como "sumiller
de corps, con la llave de la Cámara de Su Magestad", el
equivalente a Camarero Mayor, el
cargo más cercano en este caso al príncipe. Para ver con más
detalle sus cometidos se puede consultar la wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Sumiller_de_Corps
3La
biografía del tercer Marqués de Camarasa se puede consultar en
este enlace:
http://dbe.rah.es/biografias/79826/diego-de-los-cobos-guzman-y-luna
4En
la wikipedia se describe la chirimía como
un instrumento musical de viento-madera parecido al oboe
y
de doble
lengüeta,
trabajada antiguamente de forma grosera y labrada con nueve agujeros
laterales, de los que únicamente seis están destinados a taparse
por medio de los dedos.
Texto de José Luis Reyes Lorite
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