Aprovechando el confinamiento que tenemos casi todos
en estos días, he visto algunas fotos antiguas, he recordado algunos
acontecimientos pasados y quiero compartirlos. Seguro que algunos caneneros que lean esto rememorarán el fútbol
de Canena de hace más de treinta años.
Recuerdo jugar al fútbol desde pequeño en algunas de
las eras que había por debajo del campo de fútbol y en el “Sube y Baja” (un
pedazo que había por debajo de la Estación Nueva, por donde hoy pasa la antigua
carretera, junto a la fábrica de Secopal, digamos que poco apto para jugar);
entonces se formaron dos equipos, el Español y el Sabadell, que rivalizaban
entre sí. Al final de la década de los setenta yo ya formaba parte del Canena
C.F., era uno de los jugadores más jóvenes, y aunque no competíamos durante la
temporada, los veranos formábamos el equipo,
enfrentándonos a los de los pueblos cercanos y, durante varios veranos,
organizábamos un partido contra los jóvenes veraneantes del Balneario, la
mayoría de ellos vascos. Me acuerdo de ir con Paquillo el del kiosko, que era
nuestro entrenador, en mi cuatro latas rojo a Úbeda, a los Biedmas, a comprar
la equipación azul para el equipo, creo que en el verano de 1979.
Años después, en el verano de 1986, el Canena C.F.
inició una nueva andadura, integrándose en competición oficial, por entonces la
Primera Regional creo, la última categoría del fútbol provincial. Aunque aquel
proyecto se puso en marcha con la colaboración de muchas personas, fue Joaquín
“Mones” el máximo impulsor y su primer Presidente -sirva este artículo de
homenaje a él y espero que, si no ha podido ser durante la primera temporada
del Canena Atlético, sea al inicio de la segunda donde se le haga el debido reconocimiento
y se le dedique, por ejemplo, el primer partido de la temporada próxima-. El
equipo nació con mucha ilusión, casi todos los jugadores eran novatos en la
competición -solo dos, Boqui y Jose Bobillas, habían participado en la
competición el año anterior, con el Rus C.F.- y vivimos momentos muy bonitos.
Tras las dos primeras temporadas, el equipo se fue consolidando, formado en su
mayoría por jugadores caneneros, con alguna incorporación de compañeros de
Ibros y de la Estación Linares-Baeza. Yo particularmente pasé muy buenos
momentos, de los que no se olvidan; aunque por estudios y trabajo viví en esos
años en Granada, Jaén y Córdoba, jugué las dos primeras temporadas al completo
y ya en la tercera, la de 1988-1989, falté algún partido. Pero es del final de
esta de la que guardo los mejores recuerdos.
Las ligas de las categorías del fútbol provincial no
son de muchos equipos y acaban pronto. Para completar el calendario, en el caso
de la provincia de Jaén desde hacía décadas se disputaba la Copa Gobernador, el
trofeo más prestigioso a nivel provincial, que se jugaba por eliminatorias; en
los años ochenta, para evitar que a los equipos perdedores en las primeras
eliminatorias de la Copa Gobernador se les acabara la temporada, se creó la
Copa Federación y en esta competición fue donde el Canena F.C. logró dos
triunfos, en 1989 y 1990. Fue el primero, el de 1989, el que yo recuerdo
especialmente, no solo la final, sino la eliminatoria de semifinales. La
disputamos contra el Jódar, que nos ganó en el partido de ida por 3-0. En la
vuelta, un domingo por la mañana, en nuestro pequeño campo, logramos
remontarle, en un partido, como se dice en el argot, épico, y en donde nosotros
y nuestra afición disfrutamos como nunca. Ganamos 5-1, yo metí dos o tres goles;
nos pusimos creo que 3-0 en la primera parte, pero nos marcaron el 3-1 y al
principio del segundo tiempo cometimos un penalti; parecía que ahí se podía
acabar el partido, pero lo fallaron. El cuarto gol no se me olvidará; vino
después de un córner a nuestro favor, en un balón que debimos ceder al Jódar;
no lo hicimos y acabó en córner; yo, que era el delantero centro, me quedé al
borde del área, no quise entrar al remate, porque no estaba de acuerdo con que
no le hubiéramos cedido el balón al rival; pero ya con el balón en juego, hubo
un rechace tras el córner, que me cayó a mí, que tiré a puerta y marqué el gol.
Poco después Jose Bobillas marcó el 5-1 definitivo, que nos clasificaba para la
final, desbordándose la alegría en nuestra afición.
Tras el partido estábamos eufóricos y nos fuimos a
celebrarlo a la Hermandad, al salón de arriba, los jugadores, los directivos y
los aficionados más allegados. Siempre recordaré la alegría de Peri Ajo, que ha
sido uno de los jugadores más destacados en la historia del fútbol en Canena y
uno de los aficionados, sino el que más, más asiduos, y que lo sigue siendo
hoy.
La final, a partido único, era en Bailén y el equipo
rival el Bailén, que jugaba en casa y era, además, de la categoría superior, la
Preferente. Así que no partíamos precisamente como favoritos en nuestra primera
final.
Vivía yo en Córdoba desde hacía más de un año y me
había casado a finales de abril de 1989. La final debió ser dos meses después,
un domingo de la segunda quincena del mes de junio (18 o 25). Yo llegué a
Canena el domingo por la mañana en mi Renault 4 (era todavía el mismo coche con
el que diez años antes había ido con Paquillo el del kiosko a comprar las
camisetas del equipo, ya bastante cascado). Por la tarde fuimos a Bailén, yo en
mi coche, con el que tenía que regresar a Córdoba tras el partido, y supongo
que el equipo en autobús; nos acompañaron muchos aficionados. Nuestro
entrenador era Astarriaga, fallecido recientemente (también mi homenaje para
él) y nuestro presidente Juan Manuel, el de Elías.
El once titular fue: Antonio, de portero; Joaquín
Poza, Tobaruela, Juan María y Manolo Bobas, defensas; Boqui, Juan, Pepe Gámez y
Jose Bobas 2º en el medio campo; Bobas y yo, Pepe Luis, en la delantera. Suplentes:
Placi, Esteban y Antonio “Niño”. Hay uno
más, compañero de la Estación Linares-Baeza, cuyo nombre recuerdo y que no
estoy seguro además si fue suplente o titular, en lugar de alguno de los
hermanos Bobas. Faltaba en el equipo el que había sido su primer capitan,
Antonio José “Bombo”, que estaba lesionado.
Del partido no
conservo un especial recuerdo; creo que no fue muy vistoso; nos logramos
defender ante el Bailén, un jugador nuestro fue expulsado en la segunda parte,
el Bailén se puso por delante, 1-0, y cuando todo parecía perdido, a pocos
minutos del final, a Pepe Gámez le cayó un balón perdido al borde del área y de
bolea marcó el 1-1, llegándose al final del partido con este resultado, y con
ello a la tanda de penaltis, ya que no había prórroga.
Llegó la lotería y la emoción de los penaltis. Nos
pusimos por delante, con un gol de diferencia y al llegar al quinto penalti, el
Bailén metió el gol. Nuestro último lanzador, el del quinto penalti, fue Juan
María, el de Catalo, que lo falló (creo que lo paró el portero). A partir de
entonces, el equipo que fallara perdía. El jugador del Bailén fue el primero en
lanzar y Antonio, nuestro portero ibreño, paró el penalti; a continuación me
tocó a mí y tuve la suerte de meterlo, con lo que acabamos ganando el partido y
llevándonos el trofeo, nuestra primera Copa Federación. Tuve el honor además de
ser el capitán del equipo y recoger el trofeo de manos del Presidente de la Federación
Andaluza de Fútbol, Eduardo Herrera, que ha ocupado ese cargo desde 1986 hasta
2019.
Después, nos hicimos las fotos de rigor y lo
celebramos con todos los caneneros que se desplazaron a Bailén, que fueron
muchos. Supongo que las celebraciones seguirían esa noche en Canena, pero, como
he dicho antes, yo regresé a Córdoba tras el partido y no compartí la
celebración posterior en el pueblo.
![]() |
El equipo campeón, con el trofeo. Al fondo, la afición canenera |
Todavía conservo el chándal amarillo con el escudo del
equipo, aunque la barba -que me la he dejado crecer con motivo del coronavirus
y que no me la afeitaré hasta que acabe el confinamiento- la tengo más blanca.
Estas fotos y muchas otras de la historia del fútbol
en Canena las podéis ver en este enlace https://historiadelfutbolencanena.jimdofree.com/
Podéis leer también la entrada que su autor, Manuel
Ortega Arévalo, Boqui, tiene en este blog.
Aquella etapa del Canena C.F. finalizó en 1994, tras
su ascenso a la Regional Preferente y la consecución de la Copa Gobernador.
Esta temporada, la 2019-2020, ha iniciado su andadura el Canena Atlético,
integrado en su gran mayoría por jóvenes futbolistas caneneros, algunos hijos
de los que formaron parte del aquel equipo, y su directiva está formada casi en
su totalidad por algunos de los compañeros de entonces. Seguro que, como
nosotros, formarán parte de la historia del fútbol de Canena y esperemos que
aprendan de nuestros errores y se pueda consolidar un proyecto durante largos
años, que, sin renunciar a los logros deportivos, haga primar los valores del
deporte, el compañerismo y la solidaridad.
Texto de José Luis Reyes Lorite
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